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Alejandra Morales es madre de una niña de 5 años con parálisis cerebral y apoderada del Instituto Linares. Con gran satisfacción habla de los positivos cambios que ha visto en el establecimiento en cuanto a adoptar los principios de la Educación Inclusiva, proceso que ha sido asesorado en todo momento por Fundación Mis Talentos.

“La Emilia tenía el derecho a una educación buena, así como cualquier otro niño. Nadie le hace el favor a otra persona al recibirlo. Eso no se ve aquí. Eso del pobrecito, no. Ellas saben de lo que es capaz Emilia y le sacan el jugo” señala Alejandra, orgullosa de que su hija haya disertado por primera vez en su clase.

Con tan solo 5 años, Emilia convive con una parálisis cerebral y producto de ello tiene una diplejía  hepática, lo que le dificulta el desplazamiento e incluso caminar, a veces necesita usar silla de ruedas. Además, tiene apraxia del habla, lo que representa mayor preocupación para su madre, ya que la comunicación y la expresión son fundamentales para el desarrollo de su hija.

La realidad que hoy vive Alejandra tiene que ver con las transformaciones realizadas por Fundación Chaminade en la búsqueda por convertirse en una institución que contribuye con la inclusión escolar de los estudiantes que pertenecen a sus establecimientos.

El proceso iniciado por Chaminade en 2017 y que contó con la asesoría de Fundación Mis Talentos, incluyó una serie de modificaciones internas con las que buscaban mejorar la calidad de enseñanza y convivencia dentro de los colegios que están bajo su administración. Esta evolución hacia la inclusión consistió en: Ingreso al Programa de Integración Escolar (PIE), contratación de nuevos profesionales y especialistas y un aumento de la inversión en el área de diversidad, entre otros.

Hoy la situación del Liceo Linares parece ser distinta gracias a este nuevo enfoque. Y lo más importante, ha impactado positivamente en el desarrollo de los niños que en algún momento no encontraban un espacio que les entregara la seguridad y el apoyo que ellos necesitaban para educarse y desarrollarse como personas.

-¿Cómo era la situación antes de que el Instituto Linares apostara por la inclusión?
Mis dos hijos mayores estudiaron en el colegio. A mí me daba un poco de miedo meter a la Emilia, porque, de acuerdo a lo que yo me había informado, no habían implementado nada. Pero una vez que la Emilia ingresó, me fui enterando de que tenían un equipo de profesionales y que, pese a no tener mucha experiencia recibiendo a estudiantes con discapacidad, estaban abiertos a trabajar con ella.

-¿Qué cambios has visto en Emilia?
A mí se me hizo muy fácil adaptarme ya que conocía a los profesores y el funcionamiento del colegio. Para Emilia fue genial, está muy feliz de llevar el mismo buzo que usaban sus hermanos. Está radiante. Me encanta verla cuando va al colegio, cuando busca sus cosas, cuando habla de sus amigas. Las tías la hacen sentir orgullosa de sus diferencias y para mí eso es lo máximo, yo espero que ella sea feliz y que esté en el mundo real para que desarrolle su potencial y encuentre su vocación.

-¿En qué crees que puede seguir mejorando?
La verdad es que no sé lo que pase ahora cuando Emilia vaya a primero básico. Yo creo que vamos a ir aprendiendo al mismo ritmo que el colegio, vamos en la misma dirección. Yo no sé cuál es el ideal para atender a un niño con discapacidad y eso se trabaja, pero hasta el momento creo que vamos a la par. Yo estoy conforme con la calidad de las personas que nos han acompañado y así nos iremos complementando.

-¿Cuáles han sido los apoyos que han recibido en este proceso?
Las tías del Programa de Integración (PIE) se han dado el trabajo de conocer a Emilia. La mayoría de las personas solo ve a una niña que le cuesta hacer todo, ellas vieron más allá, vieron el esfuerzo que Emilia pone en cada una de las cosas que ha logrado aprender. Todo el equipo de profesionales ha estado presente. Ellas, a pesar de no tener tanta experiencia, no se predisponen a dejarla sin hacer nada, al contrario, le ponen desafíos.

El otro día cuando salió de la clase, todos sus compañeros me dijeron que había disertado, eso para mí fue algo genial. Ella se sintió contenta y todos sus compañeros la aplaudieron. Fue una experiencia súper linda.