Atención a la diversidad: Pasos para la inclusión en las escuelas

En este artículo, Mel Ainscow, Catedrático Emérito de Educación de la Universidad de Manchester, sugiere cinco pasos interconectados que las escuelas pueden realizar para avanzar en una dirección más inclusiva. Al hacer esto, adelanta la idea de que la inclusión en educación debe ser contemplada como un viaje de mejora, empezando desde el lugar donde la escuela está en este momento. 

Fuente: EDUforics

La inclusión es el mayor reto para las escuelas en todo el mundo. Dicho de manera sencilla, se refiere a la pregunta: ¿cómo pueden las escuelas desarrollar estrategias para proporcionar una educación efectiva para todos sus niños? Internacionalmente, este tema es un foco central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que compromete a los países para asegurar una educación inclusive y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos.

Los pasos que propongo se basan en la experiencia de escuelas en diferentes partes del mundo que han realizado progresos en sus viajes inclusivos. A continuación, sugiero interrogantes que deben ser considerados.

Paso 1: Ten claro la dirección que quieres tomar.La palabra “inclusión” puede ser confusa ya que significa diferentes cosas para diferentes personas. Esto es un problema concreto cuando estás intentando avanzar con otras personas –en especial en las escuelas, donde todo el mundo está tan ocupado. Si no se comparte una idea común sobre la dirección que se pretende tomar, el progreso será más difícil.En ocasiones la gente piensa que la inclusión se refiere solamente a grupos específicos de estudiantes que se consideran los más vulnerables. Así, por ejemplo, pueden pensar en estudiantes de los hogares más pobres; aquellos cuyas familias hablan un lenguaje diferente; o aquellos otros con algún tipo de discapacidad. Para mí, es necesaria una forma de pensar muy distinta, una que ve la inclusión como el enfoque central en la educación.

Esto significa que la definición de inclusión que yo recomiendo incluye los siguientes elementos:La inclusión es un proceso. Es decir, la inclusión es una búsqueda interminable para encontrar los mejores caminos para responder a la diversidad del alumnado. Se refiere a aprender a vivir con la diferencia y a aprender cómo aprender desde la diferencia. De esta forma, las diferencias pueden ser contempladas de forma más positiva, como un estímulo para favorecer el aprendizaje entre los niños y los adultos.La inclusión se refiere a la identificación y supresión de barreras. Las barreras pueden tomar diferentes formas, alguna de las cuales tienen que ver con la organización de las escuelas, con el sistema de enseñanza y con los métodos utilizados para evaluar los progresos de los alumnos.

La inclusión incluye la presencia, la participación y el logro de todos los estudiantes. “Presencia” se refiere al lugar donde los niños son educados y cómo son atendidos de forma segura y precisa. “Participación” apunta a la calidad de sus experiencias mientras ellos están ahí y, por tanto, debe incorporar los puntos de vista de los mismos aprendices.“Logro” tiene que ver con los resultados del aprendizaje a través del currículo.

La inclusión implica un énfasis particular en aquellos aprendices que pueden tener el riesgo de marginalización, exclusión o bajo rendimiento. Ello indica una responsabilidad moral para asegurar que estos grupos de estudiantes que estadísticamente tienen un mayor riesgo son cuidadosamente vigilados y que, cuando es necesario, se adoptan las medidas adecuadas para asegurar su presencia, participación y logro dentro de la escuela. Al mismo tiempo, es necesario estar vigilantes para observar a los alumnos que pueden ser olvidados.

Paso 2: Utiliza las habilidades y el conocimiento existente.

El enfoque global para el desarrollo inclusivo que yo recomiendo se basa en la idea de que las escuelas conocen más de lo que ellas utilizan. En otras palabras, siempre hay buenas prácticas que pueden ser fortalecidas. Por tanto, el comienzo lógico supone analizar las formas existentes de trabajar. Ello permite identificar y compartir prácticas eficaces, mientras que, al mismo tiempo, se observan las formas de trabajo que pueden estar creando barreras para la participación y el aprendizaje de algunos alumnos.

Normalmente, los profesores que son eficaces en responder a la diversidad de los estudiantes utilizan un amplio abanico de enfoques didácticos, entre los que escogen aquellos que juzgan apropiados para una clase específica. Estas decisiones tienen en cuenta un conjunto de factores interconectados, tales como la materia que va a ser enseñada, la edad y la experiencia del grupo, las condiciones ambientales del aula y los recursos disponibles.

Gran parte de esta planificación se produce de forma incidental cuando los maestros desempeñan sus actividades cotidianas. De hecho, los ajustes finales pueden todavía realizarse cuando el docente entra en la clase y valora el estado de ánimo del grupo. Es también esencial reconocer que la planificación no concluye cuando la lección comienza. En efecto, a menudo las decisiones más significativas son aquellas que se realizan cuando la lección avanza, a través de un proceso de improvisación, que exige que los docentes reaccionen deprisa. En las escuelas que progresan en su itinerario inclusivo, los docentes se ayudan unos a otros a mejorar sus habilidades en improvisación. Esto implica compartir prácticas y trabajar juntos para encontrar los mejores caminos para llegar a los aprendices más difíciles de enseñar.

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